En los últimos días se ha suscitado un creciente debate entre la ciudadanía, sin importar colores políticos, edad o sexo, acerca de la famosa "píldora del día después". Multitudinarias protestas en distintas ciudades han sido efectuadas para manifestar el creciente malestar que existe en la sociedad al sentir pasados a llevar los derechos más básicos que las personas pueden tener: el derecho a elegir. Es por eso que extraña la postura principalmente de algunos parlamentarios de derecha de imponer sus creencias a lo que el grueso de la ciudadanía piensa, obviando informes científicos destacables con tal de mantener su postura. - "Volvemos a la ciudad de piedra" - dicen muchos, y con razón.
Me quedo con la postura del alcalde de Estación Central, Gustavo Hasbún, de derecha, que repartirá la píldora pese a sus convicciones personales, porque confía y defiende la libertad de decisión de la gente que lo ha elegido para representarlos. Espero que esto no se borre de la mente de la ciudadanía, a la hora de elegir quienes nos representarán en el futuro, y que se creen dueños de la verdad a la hora de decidir qué es lo que la gente quiere.